“El suicida sabía que,
si juega siempre a perder,
lo más probable
es
que se acabe ganando”.
En un hombre sabio, a la inteligencia siempre va unido el humor, bien sea en forma de ironía o sarcasmo. Kutxi, además, lo utiliza contra sí mismo de la manera más natural. Se ríe primero de él, después de la vida que le ha tocado en suerte, nunca del prójimo.
Rock, alcohol, drogas, carretera, ansiolíticos, literatura, amor, desasosiego y paternidad se mezclan en una coctelera tan peligrosa como la existencia, originando poemas escritos desde el fondo de la barra de un bar, de ese bar que habita las entrañas del poeta.
“Todo un universo cabe en una canción, lo demás es paisaje”. El poeta desnuda sus más de 100 kg con naturalidad, inteligencia y un humor tan negro como su chándal barato. Así como en un poema se reconoce poeta, en el siguiente se desdice. Una continua contradicción vital que lo humaniza, una continua desobediencia a la razón, al orden, al futuro.
En cada poema hay un lector, un filósofo, un viajero, un espectador, un nihilista, un escalofrío brillante, desamparado y audaz.
Un poeta es un viajero que no se detiene a esperar la llegada del un tiempo que siempre nos lleva ventaja. Así es Kutxi.
MÁS CHULO QUE CAGAR DE PIE
Es una lucha
de titanes
que siempre
acaba
en tablas.
Tú quieres comprarme.
Yo podría comprarte.
Tú no tienes con qué.
Yo nunca
llevo
suelto.
PROSPECTO
La razón
del existir
de la poesía
reside
en su poder curativo
para almas
supuestamente atormentadas,
aunque
sus efectos secundarios
sean nefastos:
exaltación del ego,
soledad infinita
y pérdida
de un
precioso tiempo.
Necesita tanto
la Humanidad de ella
como de un diluvio
de ácido sulfúrico.