Séamus, hazme un brazo nuevo para tratar con la tierra,
Una herramienta adecuada para cavar y escardar,
Ligera y grata para apoyarse en ella, para cortar, para levantarla,
Acabada con gusto, bien proporcionada, dócil a la mano.
Sin huella de martillo que se muestre en el brillo de la hoja,
Que tenga aguante y flexibilidad y que soporte la presión,
Con él asta bien encajada en el alvéolo, bien recta,
Y trabajaré yo con los demás sin quejarme hasta caer rendido.
Que ni la hoja ni el filo tengas fallos ni muescas:
Que se vea bien formada en el yunque, que le dé la lima buen corte;
Que la rama proporcione un mango perfecto
Y, lo mejor de todo, que al trabajar suene alegre como una campana.
Muy bonito, gracias por compartirlo. Un placer regresar…