Canté, canté de amor, con la cara bañada canté de amor y los muchachos me sonrieron. Más fuerte canté, la pasión puse, el sueño, la lágrima. Canté la canción de los viejos galpones de concreto. Unos sobre otros decenas de nichos los llenaban. En cada uno hay un país, son como niños, están muertos. Todos yacen allí, países negros, África y sudacas. Yo les canté así de amor la pena a los países. Miles de cruces llenaban hasta el fin el campo. Entera su enamorada canté así. Canté el amor:
Fue el tormento, los golpes, y en
pedazos nos rompimos. Yo alcan-
cé a oírte pero la luz se iba.
Te busqué entre los destrozados,
hablé contigo. Tus reinos me mi-
raron y yo te abracé.
Todo acabó. No queda nada. Pero
muerta te amo y nos amamos aún-
que esto nadie pueda entenderlo.